domingo, 6 de febrero de 2011

Compradora compulsiva

Nuestra próxima actividad consiste en escribir un relato corto en el que el personaje principal es una mujer, compradora compulsiva de ropa en mercadillos. Ella se siente poseída por las personalidades de los antiguos dueños de la ropa usada que compra por muy poco dinero.

Actividad de httpp://lapiedraenelestanque.blogspot.com





 Era una mujer de unos 50 años, bien parecida, culta y con una obsesión desmedida por las compras de ropas usadas. En su ciudad había un mercadillo muy importante pero de ropa nueva, así que ni corta ni perezosa se desplazaba a mercadillos de otras ciudades e incluso de otros países. Se conocía los mejores mercadillos de segunda mano de muchas ciudades europeas, pero sus preferidos eran los de Londres. Ella disfrutaba pensado en revolver entre tantas perchas buscando esa prenda que tanto había soñado y se imaginaba a que mujer tan interesante podía haber pertenecido. Al comprar la prenda era la persona más feliz del mundo, y al lucirla se sentía renovada, como si algún rasgo de su anterior dueña se apoderase de ella. Sus amigas no entendían que se gastase tanto dinero en el viaje para comprar ropa "vieja", por ese dinero podía comprar una prenda nueva y de marca. Ella pasaba de sus comentarios, y ya soñaba en su próxima visita al mercadillo, y cómo se iba a entretener en comprar muchas cosas (ya no sabía donde iba a guardarlas, hasta la bañera la había convertido en armario), su vida estaba basada en esas compras, calmaba su ansiedad comprando y comprando.... ella sabía que algo no funcionaba bien, y aconsejada por una buena amiga, acudió a una persona especializada en el tema para pedirle ayuda .... pero terminaron marchándose de compras a Londres juntas.

Mª Carmen

En aquel momento Encarnación se detuvo frente a aquel hombre que gritaba: ¡todo a tres euros! ¡las faldas de Carmen Lomana! ¡las camisas de Rita Cervera!.
De repente ese hombre, alto, regordete y calvo, la mira y le dice:
Venga niña comprate algo, ¿no te gusta la falda? Venga que tú tienes el tipito de "la Lomana”, chiquilla.
Encarnación mira la falda y piensa que le gusta, y de repente se encuentra fantaseando que es como "Lomana" y que está rodeada de gente que le pregunta sobre su vida y le piden autógrafos. Ve los flashes de las cámaras estallando delante de ella y escucha que la llaman ¡Lomana, Lomana!.
- ¡Niña, niña! le decía el hombre, ¿qué, te la llevas?
Encarnación salió de su sueño con un sobresalto.
- ¡Sí, sí, me la llevo!
Pagó sus tres euros y se marchó pensando que esa falda podría tal vez cambiar un poco su vida.

José Antonio



Marta se despertó nerviosa ese sábado,pues se había prometido a sí misma no visitar hoy el mercadillo de su pueblo. Ya tuvo la semana pasada una gran bronca con su madre que la tachaba de tonta por creerse que la ropa que se compraba había pertenecido a gente famosa. Cuando fue a ducharse se miró en el espejo y se vio con el pijama de raso que el sábado anterior le había comprado a Lola, la gitana que le dijo "llévatelo, que era de la top model rubia que se va a casar con el futbolista del Real Madrid". Entonces Marta se puso a pensar en las noches de pasión que ese pijama había vivido y no dudó en llevárselo.
Después de ducharse se tomó un café y decidió que tenía que visitar el puesto de Lola. No podía dejar pasar la oportunidad de recorrer ese puesto de ropa .Cuando llegó al mercadillo era mediodía y estaba lleno de gente. Llegó al puesto de Lola y esta la llamó:¡Ven niña,que tengo una chaqueta preciosa"
Marta la miró, se la probó y le encantó.
- ¿Cuánto vale Lola?¿30€? Es carísimo.
Pero Lola terminó convenciéndola, diciéndole que era de una artista de cine. Al llegar a su casa y verla su madre con una bolsa, volvieron a tener una pelea. Marta subió a su habitación,colgó la chaqueta en el armario y de su bolsillo se cayó un papel y lo abrió: Era una nota que ponía "Te quiero Pe" y lo firmaba Javier. ¡Era la chaqueta de Penelope Cruz! y Marta rompió a reír.

Mª Ángeles

En vacaciones fui de viaje a Francia a visitar a mi hermana que vive en el campo. Cuando nosotros llevábamos unos cuantos días, mi hermana nos llevó a visitar un mercadillo que lo ponen todos los domingos. Vendían de todo y me llamó la atención una señora muy bien vestida, comprando ropa de segunda mano. Mi hermana la saludó y le pregunté:-
Esta señora ¿quien es?
Mi hermana me dice que cree que es una artista porque de chica hacia teatro, pero no le fue bien y no le sirvió para nada. Pero sigue imaginándose que ha llegado a ser famosa comprando ropa de segunda mano de artistas. Le comenté a mi hermana:
- Que cosa mas rara...

Souad

¡Ay Dios! siento mono del olor de los puestos, de los gritos de los vendedores ambulantes y de las 3 o 4 horas en las que desconecto de todo y de TODOS.
Veréis, a mí me encanta comprar ropa usada en los mercadillos y me da cierto morbo pensar en que personas se habrán puesto esta ropa antes que yo, pero por circunstancias familiares (males) hace ya tres semanas que no puedo ir ni al miercolillo (La Linea), ni al dominguillo (San Roque) ni al de Sabinillas, que son mi campo de acción. En fin, como os digo, puede sonar un poco cutre el decir que compro ropa usada , pero suelo pensar que este vestido que me he comprado, antes que yo lo ha llevado alguna ricachona de Sotogrande o que el bolso de mimbre que tanto llamó la atención de mis dos cuñadas (hermanas de mi marido) eran de alguna tienda de Puerto Banús. Y encima no os podéis imaginar lo que me ahorro desde que uso este sistema. Así que ya nos veremos por algunos de los muchísimos mercadillos que nos rodean.

PAqui

Como cada domingo Margaret se arreglaba y se marcha al  mercadillo de las afueras de Londres.
Era su favorito. Le encantaba comprar ropa usada.
Una mañana encontró un diseño de una marca muy conocida, lo quería a toda costa, pues había visto 
en una revista de moda que lo llevaba una condesa muy conocida.
Preguntó que valía, pero la señora del puesto le dijo que estaba reservado para una cliente.
Margaret se enfureció mucho y le dijo "pues estoy dispuesta a pagarle el triple"
Pero la señora del puesto le dijo que era imposible, pero Margaret no se dio por vencida e insistió, insistió y le dijo:
- Pues te doy diez veces más.
Al final lo consiguió, siguió comprando varias cosas innecesarias.Volvió a casa y encontró la revista con el vestido que había comprad. Se dio cuenta que no era el vestido que ella había comprado. No se le parecía ni por asomo.Pero no le importó, pensó bueno volveré a ir el domingo que viene.

Antonia


Era un domingo especial, ya que Noelia iría al rastro de su ciudad a buscar el vestido que le había encargado al vendedor del puesto de ropa usada. Él le había dicho que iba a traer un traje que había pertenecido a una gran señora de negocios. La necesidad de comprar esta prenda era para sentirse más segura en su andadura como pequeña empresaria. Ella cada vez que tenia alguna cita o gestión importante, acudía a este tipo de puestos para comprar alguna prenda que hubiera pertenecido a otra persona para sentirse más segura. En su interior sabía que esta actitud, podría convertirse en un problema: convertirse en una compradora compulsiva. 

Mari



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